martes, 20 de enero de 2009

DEFINICIÓN CÁNCER DE COLÓN


Cuando el tumor maligno se encuentra situado en el colon o en el recto, hablamos de cáncer colorrectal.
Desde la transformación de una primera célula normal hasta la aparición de un cáncer detectable es necesario que transcurra un número elevado de años, ya que, es un proceso que conlleva múltiples alteraciones en los genes. Aunque se suele hablar de cáncer colorrectal, el término engloba a dos tumores de comportamiento muy diferente: cáncer de colon y cáncer de recto.
La mayoría de los cánceres colorrectales aparecen sobre un pólipo existente años antes en la mucosa del colon o del recto, que con el paso del tiempo y debido a la acción de distintos agentes sobre él, evoluciona a un tumor maligno.

ELECCIÓN DEL TRATAMIENTO


El tratamiento que recibe un enfermo diagnosticado de cáncer es multidisciplinar, es decir, participan en él varias especialidades con el fin de lograr un mayor porcentaje de curación. En el cáncer colorrectal, se pueden aplicar distintas terapéuticas que se complementan unas a otras favoreciendo la acción de las mismas sobre el tumor. La elección del plan terapéutico dependerá de la decisión del enfermo (una vez que haya sido informado por el médico) y de una serie de factores en relación al propio paciente y al tumor.
Estos factores son los siguientes:

- Estado general del paciente.
- Localización del tumor.
- Fase en la que se encuentre la enfermedad: Infiltración en la pared del colon o recto, afectación ganglionar, de órganos próximos y diseminación de la enfermedad.

lunes, 19 de enero de 2009

CIRUGIA

Se denomina cirugía (del griego Χειρ/keir:mano y έργεια/ergueia:trabajo = χειρουργειa/ keirourgia - literalmente: "trabajo manual") a la práctica que implica manipulación mecánica de las estructuras anatómicas con un fin médico, bien sea diagnóstico, terapéutico o pronóstico.
El tratamiento del CC es quirúrgico y cumple un doble rol (evitar la obstrucción e intentar la curación). Es evidente que la mejor calidad de vida se obtiene con la resección del tumor dado que se evita el dolor, la infección y el sangrado crónico con anemia. La calidad de vida con el tumor in situ (no resecado) es muy limitada y de difícil manejo. Por otra parte, en caso de desarrollarse una obstrucción completa, existe una alta probabilidad de terminar en una cirugía de urgencia debiéndose dejar una ostomía. El tratamiento médico paliativo, se puede plantear en pacientes de alto riesgo quirúrgico y que presenten una enfermedad diseminada masiva (múltiple metástasis hepáticas, metástasis cerebrales) con un pronóstico vital corto. De este modo se puede ver que la edad no es un criterio de rechazo a una cirugía electiva sino la condición general del paciente. Desde el punto de vista oncológico, el objetivo de la cirugía es la resección del tumor junto con el lecho linfático, el cual fundamentalmente se distribuye en los troncos vasculares que tienen relación con el tumor. Por este motivo para un tumor localizado en el ciego, colon derecho o colon transverso proximal, se realizará la misma técnica quirúrgica (Hemicolectomía derecha). En el colon izquierdo y sigmoides, se practica una hemicolectomía izquierda. En el colon transverso distal se puede optar por una hemicolectomía derecha extendida o una hemicolectomía izquierda. En pacientes con un tumor sincrónico o en pacientes jóvenes con un HNPCC, de preferencia se opta por una colectomía total con anastomosis ileorrectal.

PREPARACIÓN PREOPERATORIA

La preparación preoperatoria del intestino es un procedimiento fundamental para el éxito del tratamiento quirúrgico que consiste en la limpieza mecánica del colon: en los últimos tiempos lo realizamos con lavado gastrointestinal. El lavado gastrointestinal tiene la ventaja que se puede realizar el día anterior a la operación, disminuyendo el tiempo de hospitalización preoperatoria de 3-4 días a un sólo día; al igual que el paciente puede recibir dieta completa hasta el momento de su hospitalización. Se ingiere cuatro litros de solución isotónica en cuatro horas la tarde previa al día operatorio. En algunos pacientes que no pueden ingerirla, se hace a través de sonda nasogástrica. Es importante recordar que este lavado no debe realizarse en un tiempo mayor de cuatro horas por el peligro de absorberse, especialmente en pacientes con problemas cardiacos, lo que significa que una vez iniciado el procedimiento no debe interrumpirse. Completado el lavado gastrointestinal se procede con la administración de antibióticos orales, fundamentalmente eritromicina y metronidazol la noche previa a la intervención, con lo que se reduce, importantemente, la posibilidad de infección. Los pacientes que tienen obstrucción colónica no deben recibir este tipo de preparación. Una alternativa a tenerse en consideración es el uso de manitol administrado por vía oral en cantidad de 300 a 400 cc. en treinta minutos la tarde previa a la cirugía.

ALTERNATIVAS QUIRÚRGICAS


· Escisión local: si el cáncer se encuentra en un estadio muy inicial, el médico puede extraerlo sin hacer una incisión en la pared abdominal. En cambio, el médico puede introducir un tubo a través del recto hacia el colon y hacer una incisión para extraer el cáncer. Esto se denomina escisión local. Si el cáncer se localiza en un pólipo (una protuberancia del tejido), la operación se denomina polipectomía.

· Resección: si el cáncer tiene mayor magnitud, el médico realiza una resección parcial del recto (extracción del cáncer y una pequeña cantidad de tejido sano circundante). Luego, el médico puede realizar una anastomosis (unir con costuras las partes sanas del colon). En general, el médico también extrae los ganglios linfáticos cercanos al colon y los observa bajo un microscopio para determinar si tienen cáncer.

· Resección y colostomía: si el médico no puede unir con costuras los dos extremos del colon, se realiza un estoma (una abertura) en la parte externa del cuerpo para permitir el paso de desechos. Este procedimiento se denomina colostomía. Se coloca una bolsa alrededor del estoma para obtener los desechos. En algunas ocasiones, la colostomía solo se necesita hasta que haya sanado el tramo inferior del colon y luego puede revertirse. Sin embargo, si el médico necesita extraer todo el tramo inferior del colon, la colostomía puede ser permanente.

· Ablación por radiofrecuencia: consiste en el uso de un catéter con electrodos pequeños que destruyen células cancerosas. A veces se inserta el catéter directamente a través de la piel y solo se necesita anestesia local. En otras ocasiones, el catéter se inserta a través de una incisión en el abdomen. Esto se lleva a cabo en un hospital bajo anestesia general.

· Criocirugía: tratamiento en el que se usa un instrumento para congelar y destruir tejido anormal, tal como el de un carcinoma in situ. Este tipo de tratamiento también se llama crioterapia.


Incluso si el médico extirpa todo el cáncer visible al momento de la cirugía, el paciente tal vez sea sometido a quimioterapia o radioterapia después de la cirugía a fin de eliminar toda célula cancerosa que pueda quedar aún. El tratamiento administrado después de la cirugía para incrementar las posibilidades de curación se llama terapia coadyuvante.

Efectos secundarios de la cirugía

Cuando te despiertes de la anestesia, es normal que sientas dolor en la zona de la intervención. Generalmente, el cirujano habrá dejado pautado fármacos que te aliviarán. Si el dolor no cede, es importante que se lo digas al personal de enfermería o al médico
cuando te visite unas horas después de la cirugía.
Tras una cirugía siempre queda una cicatriz que será diferente en función del tipo de intervención realizada. Cuando se extirpa el esfínter anal, además de una cicatriz en el abdomen, se observará la colostomía y una cicatriz en la zona dónde estaba situado el ano.
La herida quirúrgica requerirá una serie de cuidados que son similares a los de cualquier cicatriz producida por otra causa.
Mientras no se hayan retirado los puntos, el cuidado y limpieza de la misma, correrá a cargo del personal sanitario del hospital o del centro de salud. Una vez retirados, es aconsejable mantener una higiene similar a la del resto del cuerpo: lavado con agua y jabón.
Es frecuente que la piel de la zona de la intervención tenga menos sensibilidad, eso es debido a que durante la misma es necesario cortar pequeñas ramas nerviosas. La sensibilidad se recupera lentamente a lo largo de los meses.
La colostomía, desde el primer momento, requiere una serie de cuidados específicos, que serán realizados por la enfermera estomaterapéuta durante el ingreso hospitalario.
Es aconsejable que durante ese periodo la enfermera te enseñe a realizar la higiene, cambio de bolsa y cuidado de la piel diario, de tal modo, que una vez en tu domicilio puedas llevar a cabo dicho cuidado sin problemas. Recuerda que para resolver cualquier duda, el personal sanitario de tu centro de salud está a tu disposición.

RADIOTERAPIA


El tratamiento con radioterapia consiste en emplear radiaciones ionizantes de alta energía con el objeto de destruir células tumorales.
El cáncer de recto tiende a reaparecer en la zona de la intervención, el cáncer de colon lo hace en otros órganos con mayor frecuencia, como por ejemplo en el hígado.
En muchos centros médicos se da radioterapia antes de la cirugía para el cáncer del recto con el objeto de achicar el tumor y prevenir el regreso del cáncer en esa área. En otros hospitales, la radioterapia se da después de la cirugía solamente si existe un riesgo mayor de que el cáncer regrese o de que se expanda. Todavía hay debate acerca de si es mejor dar radioterapia a las personas con cáncer del recto antes o después de la cirugía.

La finalidad de la radioterapia varía en función del momento en que se administre:
Previa a la cirugía: El objetivo es reducir el tamaño del tumor, permitiendo realizar una cirugía conservadora en determinados casos, y disminuyendo la posibilidad de que se diseminen células durante la cirugía.
Posterior a la cirugía: Permite destruir las células tumorales que hayan podido quedar tras la intervención.
En el tratamiento del cáncer de recto la radioterapia puede administrarse de dos formas:

  • Externa: La radiación se administra por medio de una máquina, denominada acelerador lineal, que en ningún momento contacta con el paciente.

    Antes de comenzar el tratamiento es preciso llevar a cabo una preparación del mismo, con el objetivo de determinar la postura (generalmente boca abajo), la zona de tratamiento y la dosis necesaria. A este proceso se le denomina simulación y se realiza en un aparato llamado simulador, que reproduce las características de la máquina de tratamiento.
    Durante este proceso, es necesario que permanezca el paciente quieto en una camilla un tiempo que puede variar de un enfermo a otro (alrededor de una hora). En la zona de tratamiento se realizan unas marcas en la piel con tinta, que ayudan al personal sanitario a reproducir el mismo exactamente igual todos los días. Estas marcas, no se deben borrar, ya que deben permanecer durante todo el tiempo que dure el tratamiento con radiaciones.
    La dosis prescrita no se puede administrar en una única sesión ya que, en ese caso, se producirían efectos secundarios graves. Para minimizar dichos efectos indeseables, la dosis total se divide o fracciona, repartiéndose en un número determinado de sesiones que se administran diariamente, durante cinco días a la semana, descansando dos (generalmente sábados y domingos).

    La duración de cada sesión puede variar de un enfermo a otro, aunque por lo general suele ser de unos minutos (15 aproximadamente). La duración total del tratamiento varía entre 5 días y 6 semanas (dependiendo del protocolo que se aplique).
    Salvo excepciones, el tratamiento con radioterapia se realiza de forma ambulatoria.

  • Interna: En el cáncer de recto el empleo de esta modalidad de radioterapia es poco frecuente y únicamente se realiza en casos muy seleccionados, en los que el tumor posee unas características concretas. Se administra a través de materiales radioactivos que se colocan próximos al tumor. También se denomina radioterapia intracavitaria. Se realiza introduciendo un tubo (endoscopio ancho) en la parte final del recto. En el interior de dicho tubo se coloca una unidad de rayos X de baja energía que proporciona el tratamiento directamente sobre el tumor.

    Los procedimientos que se utilizan en la radioterapia son:
  • Screening: tiene como finalidad la detección de tumores de colón en un estadio precoz. Las principales técnicas son el test de detección de sangre oculta en las heces, la colonoscopia y el enema de bario.
  • Ecografía: en la detección y estadiaje del carcinoma rectal, la ecografía transrectal es una importante herramienta ya que puede llegar a distinguir todas las capas de la pared rectal. Esta técnica es utilizada para la valoración de la pared rectal así como de los tejidos perirrectales.
  • Tomografía computerizada (TC): importante en el estadiaje de los tumores de colon ya que pueden detectar la afección extraluminal del tumor así como su diseminación metastásica, por lo que se ha convertido en una técnica de rutina en la estadificación preoperatorio.
  • Resonancia magnética (RM): Esta técnica permite una mejor diferenciación entre partes blandas y grasa.
  • Ecografía intraoperatoria (EIO): la indicación más frecuente es el estudio del hígado para evaluar la presencia de metástasis hepáticas de CCR. Las aplicaciones de la EIO hepática son la detección de nódulos no palpables, la determinación de la relación entre los nódulos y los principales vasos y la caracterización de estas lesiones.
  • Biopsia de ganglios linfáticos: extracción de parte o de todo el ganglio linfático. Un patólogo observa el tejido bajo un microscopio para determinar la presencia de células cancerosas.
  • Recuento sanguíneo completo (RSC): procedimiento por el cual se toma una muestra de sangre para verificar los siguientes elementos:
    La cantidad de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
    La cantidad de hemoglobina (la proteína que transporta oxígeno) en los glóbulos rojos.
    La parte de la muestra de sangre compuesta por glóbulos rojos.
  • Prueba del antígeno carcinoembriónico (ACE): prueba por la que se mide la concentración de ACE en la sangre. El ACE se libera en el torrente sanguíneo tanto por las células cancerosas como por las células normales. Cuando se encuentra en cantidades más altas de lo normal, puede ser un signo de cáncer de colon u otras afecciones.
  • IRM (imaginología por resonancia magnética): procedimiento en el que usa un imán, ondas de radio y una computadora para crear imágenes detalladas de áreas internas del cuerpo. Este procedimiento también se llama imaginología por resonancia magnética nuclear (IRMN).
  • Radiografía del tórax: radiografía de los órganos y huesos del interior del tórax. Un rayo X es un tipo de haz de energía que puede atravesar el cuerpo y plasmarse en una película que muestra una imagen de áreas del interior del cuerpo.
    Efectos secundarios de la radioterapia.

    La terapia con radiaciones produce una serie de efectos secundarios, únicamente, en la zona dónde se aplica. La aparición, en mayor o menor grado de los mismos, depende de varios factores:
  • De la dosis total administrada.
  • Del tipo de cirugía que se haya realizado (necesidad de emplear campos de tratamiento mayores cuando se ha extirpado la zona anal).
  • De la administración de quimioterapia simultáneamente a la radioterapia (aumenta la susceptibilidad de los tejidos a la radiación).
  • De la susceptibilidad de cada paciente.

Los efectos secundarios de la radioterapia

Generalmente ocurren en mayor o menor grado en todos los pacientes que reciben radiación sobre la pelvis.
El mecanismo por el cual la radioterapia provoca alteraciones en estas estructuras es debido a la destrucción de las células de la mucosa de dichos órganos.

  • A nivel de la vejiga: Los síntomas más frecuentes son la sensación de ardor y escozor durante la micción (disuria) y la necesidad de orinar muy frecuentemente, generalmente, pequeñas cantidades de orina (polaquiuria). Estos síntomas pueden ser muy molestos para el paciente, sobre todo durante la noche, ya que en ocasiones, le obligan a levantarse para acudir al servicio y no le permiten descansar adecuadamente.
  • A nivel del intestino delgado: La destrucción de la mucosa, generalmente, se acompaña de diarreas, aumento del número de deposiciones diarias y de dolor abdominal.
  • A nivel del recto: Se puede apreciar una mucosa inflamada, enrojecida que puede sangrar ocasionalmente y provocar dolor y/o tenesmo (sensación de evacuación incompleta) durante la deposición.

Todos estos síntomas suelen aparecer durante la segunda o tercera semana de tratamiento y son, por lo general, transitorios desapareciendo en unas semanas tras la finalización del mismo.
Debido a los efectos secundarios que la radiación provoca en el tratamiento de cáncer de recto, el personal sanitario puede indicar determinados cambios en la dieta con el fin de prevenir o minimizar dichos efectos.

Como cuidar la zona donde se aplica la radioterapia.

  • No aplicar ningún tipo de crema, pomada o loción sobre la zona de tratamiento.
  • No cubrir la zona de tratamiento con esparadrapo, tiritas etc., ya que al tratar de despegarlos, puedes lesionar la piel.
  • Lavar la piel sobre la que se va a recibir el tratamiento sólo con agua, evitando jabones. En el caso de radioterapia sobre algún pliegue, (ingle, interglúteo) es importante que esa zona la dejes al aire procurando que esté muy seca.
    Cuando se seque la piel de la zona de tratamiento, hacerlo suavemente con pequeños toques.
  • No depilar o rasurar la zona de las ingles si está incluida en la zona de tratamiento.
  • Evitar lesiones (rasguños, cortes etc.) en la piel tratada.
  • Las áreas tratadas con radioterapia se vuelven muy sensibles al sol, y por lo tanto, es conveniente no exponerlas al mismo, al menos durante el primer año tras finalizar el tratamiento. Utilizar cremas solares, camiseta, bañador en lugar de biquini, etc. pueden ayudar a reducir la exposición solar sobre la zona radiada.

QUIMIOTERAPIA



Definición


El término quimioterapia suele reservarse a los fármacos empleados en el tratamiento de las enfermedades neoplásicas que tienen como función el impedir la reproducción de las células cancerosas. Dichos fármacos se denominan medicamento citotástico, citostáticos o citotóxicos. La terapia antineoplásica tiene una gran limitación, que es su escasa especificidad. El mecanismo de acción es provocar una alteración celular ya sea en la síntesis de ácidos nucleicos, división celular o síntesis de proteínas. La acción de los diferentes citostáticos varía según la dosis a la que se administre. Debido a su inespecificidad afecta a otras células y tejidos normales del organismo, sobre todo si se encuentran en división activa. Por tanto, la quimioterapia es la utilización de diversos fármacos que tiene la propiedad de interferir con el ciclo celular, ocasionando la destrucción de células.

¿Qué tipo de quimioterapia se usa para tratar el cáncer de colon y del recto?


La quimioterapia puede matar las células cancerosas que pudieron haber quedado después de que el tumor fue removido mediante cirugía. También se usa inmunoterapia para tratar el cáncer de colon o del recto. Con inmunoterapia, una persona toma medicamentos que le ayudan al sistema inmune a luchar contra el cáncer. La investigación ha demostrado que la combinación entre quimioterapia e inmunoterapia ayuda a prevenir la expansión del cáncer del colon o del recto.Un curso de tratamiento usa fluorouracil (al cual también se llama a veces 5-FU) como el medicamento que mata las células cancerosas y levamisole como el medicamento que aumenta la respuesta del sistema inmune. Otro acercamiento utiliza leucovorin —un preparado de una vitamina específica— añadido al fluorouracil. Un medicamento llamado irinotecan u otro llamado oxiplatín pueden usarse en combinación con fluorouracil y leucovorín para tratar el cáncer del colon o del recto. También puede usarse un medicamento llamado capecitabine para tratar el cáncer de colon o del recto en Etapa IV.
El objetivo del tratamiento adyuvante es mejorar los resultados de la cirugía. En el cáncer de colon, las metástasis a distancia son las que habitualmente producen la muerte del paciente.

¿Cómo se administra la quimioterapia?

En la actualidad, se conocen cuales son los fármacos más eficaces en el tratamiento del cáncer colorrectal y existen protocolos estándar de tratamiento iguales en todos los hospitales.
Las vías por las que se administran los fármacos pueden ser las siguientes:

INTRAVENOSA:
Es la más frecuentemente empleada. Se realiza a través de una inyección o colocando un catéter en la vena.
Un catéter es un tubo muy fino, largo y flexible que se introduce en una vena importante y permanece, sin ser retirado, durante todo el tratamiento. Con frecuencia
este catéter está unido a un porta-cath (disco redondo de plástico o metal que se introduce bajo la piel), que es por donde se realiza la infusión de la quimioterapia.
Generalmente, es necesario que el paciente acuda para su administración al hospital de día. Tras unas horas de infusión el paciente puede irse a su domicilio. En algunas ocasiones, cuando la administración de los medicamentos se ha de realizar de forma continuada durante un periodo más o menos largo (generalmente varios días) se utiliza una bomba de infusión que controla el paso de la quimioterapia al interior del organismo de forma programada. Esto permite que el paciente siga con su vida habitual, sin que tenga que acudir al hospital todos los días. Sin embargo, en determinados casos es preciso controlar más de cerca al paciente por lo que es necesario su ingreso.

VÍA ORAL:
Cada vez se emplea con más frecuencia. El paciente toma por boca la medicación en forma de comprimidos o sobres. Sólo es necesario el desplazamiento al hospital para el control periódico del tratamiento.
La eficacia de la quimioterapia, es totalmente independiente del número y de la intensidad de los efectos secundarios que provoca, es decir, el hecho de no desarrollar síntomas durante la misma no significa que no esté actuando sobre el tumor y viceversa.
Para conocer la respuesta de un tumor al tratamiento, es preciso la realización de pruebas y estudios que verifiquen la disminución del tamaño o la no aparición de una nueva lesión. Ese seguimiento lo realiza el médico especialista durante y tras el tratamiento quimioterápico.

Efectos secundarios

Los efectos secundarios de la quimioterapia son debidos a que los fármacos empleados para eliminar las células malignas son también tóxicos para las células sanas.
Estos efectos dependen de una serie de factores como:
- Tipo de fármaco empleado.
- Dosis empleada.
- Susceptibilidad individual.

La quimioterapia afecta, fundamentalmente, a las células que se dividen rápidamente como es el caso de las células tumorales. Sin embargo, también las células normales como las de la sangre, mucosas (tubo digestivo, cavidad bucal, vejiga, etc.) y las del folículo piloso se pueden ver afectadas.
Los efectos secundarios pueden ser muy variados y de más o menos intensidad. Es importante que en el momento que aprecies síntomas nuevos o cualquier alteración durante el tratamiento informes a tu oncólogo, de tal forma que pueda administrarte el
tratamiento más adecuado para disminuir dichos síntomas cuanto antes.
Es probable que un estado de ánimo bajo se vea favorecido por los efectos físicos de la quimioterapia. La apatía, cansancio, tristeza, irritabilidad, suelen ser debidos a las molestias físicas y a que te encuentras débil. La mayoría de los síntomas desaparecen gradualmente después de terminar el tratamiento.

Alteraciones digestivas

Es frecuente que con el tratamiento quimioterápico para cáncer de colon y recto aparezcan síntomas digestivos como pueden ser náuseas y vómitos, generalmente poco
intensos, pérdida de apetito, diarreas y aftas (úlceras) en la mucosa de la boca.
La mayor parte de estos síntomas, actualmente, se controlan con fármacos que mejoran la calidad de vida durante el tratamiento. Además, puedes acudir a un psicólogo
que mediante un entrenamiento específico te enseñará como manejarlos adecuadamente.
Recomendaciones
- Come poca cantidad de alimentos en cada comida pero más veces al día.
Por lo menos debes realizar 4-5 comidas.
- No tomes ningún alimento 2 horas antes de recibir la quimioterapia.
- Evita olores fuertes que te puedan desagradar. Es preferible que otra persona
te prepare la comida.
- Toma las comidas a temperatura ambiente o frescas, ya que, calientes pueden
favorecer la aparición de náuseas.
- Evita las comidas muy grasientas, las frituras o alimentos muy sazonados.
Es preferible que tomes alimentos suaves y ligeros.
- Sirve la comida en platos pequeños, puede resultarte más apetecible.
- Descansa después de las comidas, preferiblemente sentado, durante al
menos una hora.
- Si aparece diarrea, bebe muchos líquidos para evitar la deshidratación y
toma alimentos con poca fibra.


Alteraciones en las células sanguíneas


Más compleja es la acción, que los fármacos administrados, ejercen sobre la médula ósea, que se encarga de la producción de las células de la sangre. La quimioterapia actúa destruyendo las células precursoras de los hematíes o glóbulos rojos, plaquetas y leucocitos. Cuando disminuye el número de hematíes se produce una anemia que puede ser más o menos grave y que en ocasiones requiere transfusiones de sangre o el empleo de fármacos que favorecen el crecimiento de los glóbulos rojos. Los síntomas más frecuentes que aparecen en una anemia son el cansancio, palpitaciones, disnea (sensación de falta de aire) y palidez de piel y mucosas.
Cuando los niveles de plaquetas descienden pueden aparecer sangrados con mayor facilidad, y se pueden observar hematomas que aparecen al mínimo traumatismo e
incluso espontáneamente.
Debido al menor número de leucocitos en sangre, aumenta el riesgo de padecer infecciones variadas que revisten una mayor o menor gravedad en función del
grado de inmunodepresión. En la actualidad existen unos fármacos denominados factores de crecimiento que pueden ayudar a la médula ósea a recuperarse después de un ciclo de quimioterapia reduciendo los efectos y riesgos antes mencionados. Ante una disminución de estos niveles es recomendable tomar una serie de precauciones:

- Evita el contacto con personas que pudieran tener algún tipo de infección
( gripe, catarro, varicela…).
- Existen vacunas que están elaboradas con virus vivos atenuados, como la de la gripe. Antes de ponerte cualquier vacuna, comenta a tu médico que estás a tratamiento con quimioterapia, ya que, la administración de estas vacunas con las defensas disminuidas puede provocarte una infección seria.
- Asimismo, evita el contacto con personas que hayan recibido una vacuna con virus vivo atenuado.
- Si durante las semanas de descanso entre ciclo y ciclo tienes fiebre superior a 38º C, debes acudir al servicio de urgencias.
- Acude a tu médico si te encuentras más cansado de lo habitual, notas palpitaciones,
sensación de falta de aire o mareo, ya que, son síntomas que pueden deberse a una anemia.
- Evita golpes, traumatismos o cortes, ya que, pueden producirse hemorragias
o hematomas.
- Si aparecen hematomas sin que te hayas golpeado previamente debes acudir a tu oncólogo para que valore los niveles sanguíneos de plaquetas.


Alopecia


Debido a la destrucción del folículo piloso se puede producir alopecia o pérdida de cabello. Esta caída del cabello depende fundamentalmente del tipo de fármaco que
se emplee para el tratamiento. En el tratamiento para el cáncer colorrectal, por las
Características de los medicamentos utilizados, la alopecia es, en general, un efecto secundario poco frecuente.


Otros efectos secundarios



- Alteraciones cutáneas
En ocasiones puede aparecer una erupción en la piel acompañada de prurito (picor).
Algunos fármacos pueden producir una sensibilidad aumentada al sol (fotosensibilidad). Por ello, es recomendable no exponerse al mismo durante unos meses tras el tratamiento de quimioterapia.

- Alteraciones neurológicas como hormigueos, dolor, alteraciones de la sensibilidad en brazos y piernas. En general, todos estos síntomas desaparecen una vez finalizado el
tratamiento con quimioterapia. En caso de alopecia, el pelo vuelve a crecer aunque el color y la textura pueden ser diferentes. Ante cualquier síntoma que aprecies durante la quimioterapia debes consultarlo con tu especialista para que instaure el tratamiento
más adecuado lo antes posible.

INMUNOTERAPIA

Definicion de inmunoterapia
Consiste en la estimulación o restauración de las propias defensas inmunitarias del organismo. Para ello se emplean productos naturales o fabricados en el laboratorio.
Consiste en un tratamiento que usa el sistema inmunitario del paciente para combatir el cáncer.

Inmunoterapia adoptiva
El tratamiento de tumores sólidos en estado avanzado, con linfocitos asesinos activados (LAK o lymphokine-activated killer cells) e interleuquina-2, continua siendo motivo de curioso interés. Sin embargo, hasta el momento en los ensayos terapéuticos que se han hecho, la respuesta global no excede el 20% y la toxicidad de tratamiento sigue siendo alta. Con todo, Steven Rosenberg- padre de la inmunoterapia adoptiva- tiene seguidores que creen como él, que finalmente se llegará a optimizar este tipo de tratamiento y obtener mejores resultados.
Una modalidad investigativa de inmunoterapia adoptiva en la cual se trabaja intensamente, es en el diseño de linfocitos con propiedades antitumorales muy precisas o que sirvan de vectores a genes de compuestos tumoricidas, como el factor necrocitante tumoral o el interferón alfa.
Partiendo de linfocitos TIL (tumor infiltrating lymphocites), que ya tienen tropismo y especificidad antitumoral, se busca endilgarles a esas células linfoides, propiedades adicionales a través de la inserción de genes. El primer paso ha sido el insertar a linfocitos TIL, un gen marcado que debe servir para conocer la ruta, destino y supervivencia de esos linfocitos en el recipiente. Todo parece indicar que nos estamos acercando al ganglio linfático artificial con atributos inducidos de inmunoterapia antitumoral adoptiva.

Inmunoterapia basada en células dendríticas.
Ésta utiliza las células dendríticas para activar una respuesta citotóxica hacia un antígeno. Las células dendríticas, una célula presentadora de antígeno, son creadas por el paciente. Estas células son entonces impulsadas con un antígeno o transfeccionadas con un vector viral. Las células dendríticas activadas son entonces puestas de nuevo en el paciente; estas células entonces presentan los antígenos a los linfocitos efectores (células T CD4+, células T CD8+, en células dendríticas especializadas y también en células B). Esto inicia una respuesta citotóxica que ocurre contra estos antígenos y cualquier cosa que pueda presentar estos antígenos. Un uso de esta terapia es en la inmunoterapia del cáncer. Los antígenos tumorales son presentados a las células dendríticas que causan que el sistema inmunológico tenga como objetivo estos antígenos, que a menudo están expresados en células cancerosas.

Inmunoterapia adoptiva basada en células T

Esta terapia usa las respuestas citotóxicas basadas en células T para atacar al cáncer. En resumen, las células T que tienen una reactividad natural o manipulada genéticamente al cáncer de los pacientes son expandidas in Vitro usando una variedad de maneras y entonces transferidas adoptivamente en un paciente con cáncer. Las células T con una reactividad que ocurre de manera natural hacia el cáncer de los pacientes pueden encontrarse infiltradas en los propios tumores del paciente. El tumor es creado, y estos linfocitos infiltrantes de tumor (TIL) son expandidos in Vitro usando altas concentraciones de interleucina-2 (IL-2), anti-CD3 y alimentadores halo reactivos. Estas células T son entonces transferidas de nuevo al paciente junto con administración exógeno de IL-2. Hasta este momento, ha sido observada una tasa de respuesta objetiva del 51%; en algunos pacientes, los tumores se encogen a tamaños no detectables. En el caso de las células T manipuladas, los receptores de células T (TCR) que han sido identificados por tener reactividad contra los antígenos asociados a los tumores son clonados en un virus incompetente para la replicación que es capaz de la integración genómica. Los linfocitos propios de un pacientes son expuestos a estos virus y entonces expandidos no específicamente o estimulados usando los TCR manipulados. Las células son entonces transferidas de nuevo en el paciente. Esta terapia ha sido demostrada con éxito en respuestas clínicas objetivas en pacientes con cáncer refractario en fase IV. La rama de cirugía del National Cáncer Institute (Bethesda, Maryland) está investigando activamente esta forma de tratamiento del cáncer para pacientes que padecen melanomas agresivos.