Definición
El término quimioterapia suele reservarse a los fármacos empleados en el tratamiento de las enfermedades neoplásicas que tienen como función el impedir la reprod
ucción de las células cancerosas. Dichos fármacos se denominan medicamento citotástico, citostáticos o citotóxicos. La terapia antineoplásica tiene una gran limitación, que es su escasa especificidad. El mecanismo de acción es provocar una alteración celular ya sea en la síntesis de ácidos nucleicos, división celular o síntesis de proteínas. La acción de los diferentes citostáticos varía según la dosis a la que se administre. Debido a su inespecificidad afecta a otras células y tejidos normales del organismo, sobre todo si se encuentran en división activa. Por tanto, la quimioterapia es la utilización de diversos fármacos que tiene la propiedad de interferir con el ciclo celular, ocasionando la destrucción de células.
¿Qué tipo de quimioterapia se usa para tratar el cáncer de colon y del recto? La quimioterapia puede matar las células cancerosas que pudieron haber quedado después de que el tumor fue removido mediante cirugía. También se usa inmunoterapia para tratar el cáncer de colon o del recto. Con inmunoterapia, una persona toma medicamentos que le ayudan al sistema inmune a luchar contra el cáncer. La investigación ha demostrado que la combinación entre quimioterapia e inmunoterapia ayuda a prevenir la expansión del cáncer del colon o del recto.Un curso de tratamiento usa fluorouracil (al cual también se llama a veces 5-FU) como el medicamento que mata las células cancerosas y levamisole como el medicamento que aumenta la respuesta del sistema inmune. Otro acercamiento utiliza leucovorin —un preparado de una vitamina específica— añadido al fluorouracil. Un medicamento llamado irinotecan u otro llamado oxiplatín pueden usarse en combinación con fluorouracil y leucovorín para tratar el cáncer del colon o del recto. También puede usarse un medicamento llamado capecitabine para tratar el cáncer de colon o del recto en Etapa IV.
El objetivo del tratamiento adyuvante es mejorar los resultados de la cirugía. En el cáncer de colon, las metástasis a distancia son las que habitualmente producen la muerte del paciente.
¿Cómo se administra la quimioterapia?
En la actualidad, se conocen cuales son los fármacos más eficaces en el tratamiento del cáncer colorrectal y existen protocolos estándar de tratamiento iguales en todos los hospitales.
Las vías por las que se administran los fármacos pueden ser las siguientes:
INTRAVENOSA:
Es la más frecuentemente empleada. Se realiza a través de una inyección o colocando un catéter en la vena.
Un catéter es un tubo muy fino, largo y flexible que se introduce en una vena importante y permanece, sin ser retirado, durante todo el tratamiento. Con frecuencia
este catéter está unido a un porta-cath (disco redondo de plástico o metal que se introduce bajo la piel), que es por donde se realiza la infusión de la quimioterapia.
Generalmente, es necesario que el paciente acuda para su administración al hospital de día. Tras unas horas de infusión el paciente puede irse a su domicilio. En algunas ocasiones, cuando la administración de los medicamentos se ha de realizar de forma continuada durante un periodo más o menos largo (generalmente varios días) se utiliza una bomba de infusión que controla el paso de la quimioterapia al interior del organismo de forma programada. Esto permite que el paciente siga con su vida habitual, sin que tenga que acudir al hospital todos los días. Sin embargo, en determinados casos es preciso controlar más de cerca al paciente por lo que es necesario su ingreso.
VÍA ORAL:
Cada vez se emplea con más frecuencia. El paciente toma por boca la medicación en forma de comprimidos o sobres. Sólo es necesario el desplazamiento al hospital para el control periódico del tratamiento.
La eficacia de la quimioterapia, es totalmente independiente del número y de la intensidad de los efectos secundarios que provoca, es decir, el hecho de no desarrollar síntomas durante la misma no significa que no esté actuando sobre el tumor y viceversa.
Para conocer la respuesta de un tumor al tratamiento, es preciso la realización de pruebas y estudios que verifiquen la disminución del tamaño o la no aparición de una nueva lesión. Ese seguimiento lo realiza el médico especialista durante y tras el tratamiento quimioterápico.
Efectos secundarios
Los efectos secundarios de la quimioterapia son debidos a que los fármacos empleados para eliminar las células malignas son también tóxicos para las células sanas.
Estos efectos dependen de una serie de factores como:
- Tipo de fármaco empleado.
- Dosis empleada.
- Susceptibilidad individual.
La quimioterapia afecta, fundamentalmente, a las células que se dividen rápidamente como es el caso de las células tumorales. Sin embargo, también las células normales como las de la sangre, mucosas (tubo digestivo, cavidad bucal, vejiga, etc.) y las del folículo piloso se pueden ver afectadas.
Los efectos secundarios pueden ser muy variados y de más o menos intensidad. Es importante que en el momento que aprecies síntomas nuevos o cualquier alteración durante el tratamiento informes a tu oncólogo, de tal forma que pueda administrarte el
tratamiento más adecuado para disminuir dichos síntomas cuanto antes.
Es probable que un estado de ánimo bajo se vea favorecido por los efectos físicos de la quimioterapia. La apatía, cansancio, tristeza, irritabilidad, suelen ser debidos a las molestias físicas y a que te encuentras débil. La mayoría de los síntomas desaparecen gradualmente después de terminar el tratamiento.
Alteraciones digestivasEs frecuente que con el tratamiento quimioterápico para cáncer de colon y recto aparezcan síntomas digestivos como pueden ser náuseas y vómitos, generalmente poco
intensos, pérdida de apetito, diarreas y aftas (úlceras) en la mucosa de la boca.
La mayor parte de estos síntomas, actualmente, se controlan con fármacos que mejoran la calidad de vida durante el tratamiento. Además, puedes acudir a un psicólogo
que mediante un entrenamiento específico te enseñará como manejarlos adecuadamente.
Recomendaciones
- Come poca cantidad de alimentos en cada comida pero más veces al día.
Por lo menos debes realizar 4-5 comidas.
- No tomes ningún alimento 2 horas antes de recibir la quimioterapia.
- Evita olores fuertes que te puedan desagradar. Es preferible que otra persona
te prepare la comida.
- Toma las comidas a temperatura ambiente o frescas, ya que, calientes pueden
favorecer la aparición de náuseas.
- Evita las comidas muy grasientas, las frituras o alimentos muy sazonados.
Es preferible que tomes alimentos suaves y ligeros.
- Sirve la comida en platos pequeños, puede resultarte más apetecible.
- Descansa después de las comidas, preferiblemente sentado, durante al
menos una hora.
- Si aparece diarrea, bebe muchos líquidos para evitar la deshidratación y
toma alimentos con poca fibra.
Alteraciones en las células sanguíneas
Más compleja es la acción, que los fármacos administrados, ejercen sobre la médula ósea, que se encarga de la producción de las células de la sangre. La quimioterapia actúa destruyendo las células precursoras de los hematíes o glóbulos rojos, plaquetas y leucocitos. Cuando disminuye el número de hematíes se produce una anemia que puede ser más o menos grave y que en ocasiones requiere transfusiones de sangre o el empleo de fármacos que favorecen el crecimiento de los glóbulos rojos. Los síntomas más frecuentes que aparecen en una anemia son el cansancio, palpitaciones, disnea (sensación de falta de aire) y palidez de piel y mucosas.
Cuando los niveles de plaquetas descienden pueden aparecer sangrados con mayor facilidad, y se pueden observar hematomas que aparecen al mínimo traumatismo e
incluso espontáneamente.
Debido al menor número de leucocitos en sangre, aumenta el riesgo de padecer infecciones variadas que revisten una mayor o menor gravedad en función del
grado de inmunodepresión. En la actualidad existen unos fármacos denominados factores de crecimiento que pueden ayudar a la médula ósea a recuperarse después de un ciclo de quimioterapia reduciendo los efectos y riesgos antes mencionados. Ante una disminución de estos niveles es recomendable tomar una serie de precauciones:
- Evita el contacto con personas que pudieran tener algún tipo de infección
( gripe, catarro, varicela…).
- Existen vacunas que están elaboradas con virus vivos atenuados, como la de la gripe. Antes de ponerte cualquier vacuna, comenta a tu médico que estás a tratamiento con quimioterapia, ya que, la administración de estas vacunas con las defensas disminuidas puede provocarte una infección seria.
- Asimismo, evita el contacto con personas que hayan recibido una vacuna con virus vivo atenuado.
- Si durante las semanas de descanso entre ciclo y ciclo tienes fiebre superior a 38º C, debes acudir al servicio de urgencias.
- Acude a tu médico si te encuentras más cansado de lo habitual, notas palpitaciones,
sensación de falta de aire o mareo, ya que, son síntomas que pueden deberse a una anemia.
- Evita golpes, traumatismos o cortes, ya que, pueden producirse hemorragias
o hematomas.
- Si aparecen hematomas sin que te hayas golpeado previamente debes acudir a tu oncólogo para que valore los niveles sanguíneos de plaquetas.
Alopecia
Debido a la destrucción del folículo piloso se puede producir alopecia o pérdida de cabello. Esta caída del cabello depende fundamentalmente del tipo de fármaco que
se emplee para el tratamiento. En el tratamiento para el cáncer colorrectal, por las
Características de los medicamentos utilizados, la alopecia es, en general, un efecto secundario poco frecuente.
Otros efectos secundarios
- Alteraciones cutáneas
En ocasiones puede aparecer una erupción en la piel acompañada de prurito (picor).
Algunos fármacos pueden producir una sensibilidad aumentada al sol (fotosensibilidad). Por ello, es recomendable no exponerse al mismo durante unos meses tras el tratamiento de quimioterapia.
- Alteraciones neurológicas como hormigueos, dolor, alteraciones de la sensibilidad en brazos y piernas. En general, todos estos síntomas desaparecen una vez finalizado el
tratamiento con quimioterapia. En caso de alopecia, el pelo vuelve a crecer aunque el color y la textura pueden ser diferentes. Ante cualquier síntoma que aprecies durante la quimioterapia debes consultarlo con tu especialista para que instaure el tratamiento
más adecuado lo antes posible.